Sunday, March 16, 2008

Capítulo XIV

David Donovan:

Nos encontrábamos dispuestos a desayunar cuando los niños bajaron. Esta vez la niña traía puesto un vestido con delantal semejante al que traía cuando los vimos por primera vez.

— Buenos días familia. — Dijo la niña y entonces se escucharon Las Valkyrias de Wagner y la jovencita sacó un celular –Bueno, sí este… estoy enferma y no podré ir a trabajar en varios días. No, no sé que tengo a penas hoy veré un médico. Adiós.

La niña se sirvió agua caliente en una taza y le agregó dos cucharadas de café soluble.

— ¿No crees que es mucho café? –Volvió Wendolyn a tratarla como si fuera realmente Daniela –Porque ahora tienes un cuerpo infantil y te volverías hiperactiva con la cafeína.

— ¿Quiere decir que el café la haría más parlanchina? –Preguntó el niño y ante la afirmación de mi esposa dijo –Creo que tu mamá tiene razón güera.

La niña retiró su taza y no tuvo objeción con la leche, aunque claro la auténtica Daniela tampoco despreciaría el lácteo.

Terminando de desayunar llevamos a los actorcillos a la Clínica Argel. Al detenernos la supuesta Daniela se quedo como petrificada ante el lugar. Tan pronto entramos volteó a vernos y nos dijo:

— ¿Otra vez aquí papá? ¡Hace diez años me trajeron a este maldito lugar!

Lo que dijo nos dejo estupefactos a Wendolyn y a mí. En ese preciso momento apareció el doctor Jiménez, los años no habían hecho ninguna mella en su rostro duro empotrado en ese cráneo calvo. Como la vez pasada traía consigo muchas jeringas.

Bueno hasta aquí llega lo que tengo escrito, en estos momentos me embarco en una nueva aventura con una nueva versión de esta historia, a ver ahora hasta donde llegamos.

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